El sistema digestivo es el grupo de órganos que transforma la comida para que el cuerpo pueda usarla. La comida debe ser transformada en moléculas individuales para que puedan ser usadas. Esto involucra una serie de pasos, y órganos diferentes que hacen las distintas partes del trabajo.
Una vez que la comida es transformada, proporciona energía para muchas funciones esenciales del cuerpo. La comida proporciona la energía para toda nuestra actividad física como caminar, jugar deportes, trabajar y hablar. También proporciona la energía para otras actividades más automáticas incluyendo respirar y pensar. La comida proporciona la energía para que los nervios, músculos y órganos, incluyendo el corazón, continúen trabajando. La comida proporciona el combustible para construir y reparar los tejidos del cuerpo. La energía de la comida se necesita para regular los órganos y sistemas del cuerpo. Es el combustible que proporciona calor para mantener nuestra temperatura corporal estable a 98.6 grados.
El proceso digestivo comienza en la boca. Ahí, los dientes y los músculos de la boca comienzan el proceso digestivo transformando la comida en pedacitos más pequeños. La saliva, producida por las glándulas salivales, comienza a digerir la comida aún antes de ser tragada. La saliva y las otras sustancias químicas producidas a lo largo del trayecto para acelerar el proceso digestivo se llaman enzimas digestivas.
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